DISTANTE INSTANTE
Por Tadeo Martínez
BATERIAS NUEVAS (SIGUR RÓS PARTE 1)
Islandia tiene un poco menos de medio millón de habitantes y, hasta antes de Björk, en el tema musical estaban totalmente perdidos.
Cuando eran adolescentes, Jón Birgisson (Jonsi, en la guitarra y voz) y Ágúst Gunnarsson (batería) formaron una banda en 1994 para tratar de hacer música experimental.
Al poco tiempo se les une el bajista Georg Hólm y la banda, que carecía de nombre, poco a poco tomó forma: Por esas fechas, Jonsi anunció que nació su hermana, la cual es bautizada como Sigourney Ros (Rosa de la Victoria). En el festejo, deciden llamarse Sigur Rós, con el primer nombre abreviado.
El trío empezó a componer sus propias canciones y la sicodelia se notaba en las primeras notas, mientras los pasajes instrumentales se hacían presentes conforme seguían naciendo sus composiciones.
Para la grabación de su primer plato, la banda se auto-alquiló haciendo todo tipo de trabajos de mantenimiento al estudio para que los dejaran grabar. Varios días después y tras seis horas de grabación, el grupo grabó su primera canción.
Su disco Von (Esperanza) fue grabado en los primeros meses de 1996, pero no vio la luz sino hasta un año después. A pesar del retraso, el álbum sorprendió a la crítica del underground, que es por donde la placa circulaba.
Las canciones, un tanto oscuras y de solos instrumentales largos, dejaron boquiabiertos a más de uno, ya que de igual forma coqueteaban con el dream pop que con toques de My Bloody Valentine.
Esa propuesta hizo que Von tuviera éxito comercial en Islandia. Así, Bad Taste Records se fijó en ellos y los incluyó en su catálogo. Al poco tiempo de la salida de Von, se unió al grupo el magnífico tecladista Kjartan Sveinsson.
Ya con disquera y como cuarteto, el grupo se planteó la necesidad de grabar otro disco de inmediato. Esto, en vez de intimidar alentó al grupo por la oportunidad de Bad Taste Records.
Antes de la segunda placa se editó el disco de remixes de Von, llamado Recycle Bin, el cual fue hecho por el grupo Gus Gus y otras bandas. La creciente legión de fieles seguidores de la banda, esperaba al menos un disco igual de bueno que el primero.
Antes de grabarlo (porque ya tenían los demos) el baterista Ágúst deja al grupo y es substituido por el multi-instrumentista Orri Pall Dy´rason. Con nueva alineación, en 1999 el grupo nos obsequió el grandísimo álbum Agaetis Byrjun (Un Buen Comienzo).
El primer sencillo fue precisamente el que le dio nombre al plato. Este título nació, porque en las grabaciones le presentaron la canción a uno de sus mejores amigos, el cual sólo sonrió y asintió: “Es un buen comienzo”.
Este trabajo discográfico es un viaje musical de poco más de un hora y la voz de Jonsi se complementa como un instrumento más. La música es sublime, delicada y cautivadora.
Esto hizo que cuando los críticos de su país indicaron cuales eran los mejores discos de todos los tiempos; Agaetis Byrjun fuera elegido como el primero (sí, por encima de la famosa Björk). Todo parecía acomodarse para el grupo, la disque inglesa Fat Cat Records distribuyó en tierra de los Beatles el magnífico tema “Svefn-g-englar” (Sonámbulos) y al poco tiempo la NME le otorgo el reconocimiento de “sencillo de la semana”.
Para principios de la nueva era (el año 2000) sale el hipnótico sencillo “Ny batteri” (Baterías nuevas) lo que provoco que en esos meses Thom Yorke, líder del grupo inglés Radiohead, hiciera público su gusto por el grupo y los invitó a ser teloneros en sus conciertos de promoción de Kid A/Amnesiac.
La presencia de la banda en el escenario, con la voz melancólica de Jonsi (que tocaba su guitarra Gibson con un arco de violín) en ocasiones le robaba el show a los Oxford, cuentan las crónicas de la época.
La legión de seguidores que la banda había formado de este lado del Atlántico, los impulsó en las presentaciones que la banda realizo por la Unión Americana: en el festival de Coachella, Sigur Ros hizo una presentación memorable, con una carpa abarrotada en su totalidad y los alrededores.
Esto provocó que, en abril del 2001, la disquera MCA distribuyera el disco en el país del Tío Sam y vendiera la nada despreciable cantidad de 200 mil copias. Todas eran de importación.
Sigur Ros se preparaba para darnos una sorpresa enorme, tenían todo para sorprendernos de nuevo… Y el resultado final no decepcionó.
(Continuará)
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