HELL AND HEAVEN METAL FEST 2014: CLAROSCUROS DE UNA FIESTA LARGAMENTE POSTERGADA
Por Jhonatan González Cortez y Francisco Zamudio
Fotografías: Gustavo Fierro
* El cielo de su realización, contra el infierno de las fallas del audio y los retrasos en algunos escenarios
Después de siete meses de espera, por fin llego el día en el que se llevó a cabo uno de los festivales de heavy metal más esperados en México, el Hell And Heaven Metal Fest 2014, este pasado 25 de octubre, en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la ciudad de México.
ESCENARIOS ALTERNATIVOS
Las presentaciones de las bandas comenzaron a las 12:00 pm, pero como era de esperarse, habría muchas bandas que chocarían con horarios, haciendo un poco difícil la decisión de elegir a quien ver o si trasladarse por tiempos para apreciar parte de cada show.
Después de por fin acceder al lugar, en el True Stage, un poco después de las 15:30 horas, Cephalic Carnage hacia una demostración de poderosos riffs y, aunque el sonido no fue el mejor, los espectadores no dejaron de corear el nombre de la banda: ¡Cephalic!, ¡Cephalic! era el grito ensordecedor que ovacionaba al grupo, teniendo una buena interacción entre ellos y sus fans.
Por otro lado, la banda de Costa Rica From Oblivion prendió el escenario New Blood con el poder de su thrash death metal y aunque este stage fue el que menor publico tuvo, la gente se acercaba y apoyaba muy bien a las bandas, aunque con una menor concurrencia. Otra de las bandas que reventó este escenario con sus destrozadoras guitarras fue Drowned In blood, haciendo una poderosa demostración de su brutal death metal.
Representando al rock nacional, Transmetal arribó al escenario del True Metal Stage a las 16:30 haciendo vibrar al numeroso público que decidió apoyarlos, aunque del otro extremo estuviera Overkill. Ese no fue un inconveniente, se notó que esta buena banda tiene un gran número de seguidores, quienes se dieron cita en el lugar para escuchar esos grandes clásicos como “Temor a la cruz” y “México bárbaro”, pero esta vez en compañía de su nuevo vocalista, con quien también interpretaron canciones de su más reciente material.
Mientras tanto en el escenario vecino Dante hacia su presentación al mismo tiempo que Drowned In Blood y, a pesar de que la banda colombiana contó con pocos espectadores, salió con la mejor actitud a dar una demostración de su rock durante 20 minutos. El hecho de que no fuera metal, no fue razón para que se mostrara descontento del público que se quedó a escucharlos y a mostrar su aceptación con algún movimiento de cabeza y gestos que mostraban agrado hacia su propuesta musical.
Minutos después fue momento para la presentación de Havok y su thrash metal. A las 17:30 justo, sus integrantes subieron al escenario mientras que al otro extremo estaba Angra en el mismo horario. Esto no fue impedimento para que atrajeran a una gran cantidad de seguidores y su presentación estuviera llena de poder, rapidez y gente que mostraba su pasión metálica, mientras movían las cabezas haciendo volar sus cabelleras con el headbanging o en el slam. Todo esto fue agradecido por el vocalista de Havok con sus propias palabras.
En el Foro Norte Stage, a la misma hora, hizo su presentación Cemican, banda de Guadalajara, Jalisco quienes salieron como todos unos guerreros y dieron una cátedra de thrash speed metal, brindando un gran show.
Rotting Christ, banda originaria de Grecia, llego al Hell and Heaven para hacer demostración de su metal a las 18:02 hrs. en el Foro Norte. Cabe destacar que tristemente esta banda tuvo la mala suerte de tener fallas técnicas durante su presentación y aun así no retrocedieron, brindaron un buen espectáculo durante 40 minutos, un “¡Viva México Cabrones!” se escuchó por parte de estos griegos, prendiendo a los metaleros de cabellos largos, quienes comenzaron a hacer ruido y demostrar su peculiar gusto por esta agrupación.
Las fallas técnicas no alcanzaron a Terrorizer, quienes hicieron levantar el polvo del True Metal Stage con saltos, mosh pit y demasiada adrenalina entre la audiencia, la cual respondió muy bien ante la presentación del grupo. Aunque sólo estuviera el baterista Pete Sandoval como miembro original de la agrupación, sus fans no pararon de mover el cráneo.
Mientras tanto, otra banda que se presentó en el New Blood Stage fue Mexxika, banda metalera de Morelia, Michoacán que con su poderosa guitarra, bajo, batería y una intensa voz, hicieron brincar a buena parte de la gente que fue a escucharlos, en tanto que otros movían la cabeza en círculos frenéticos. Con un sonido crudo hicieron vibrar y recordar a Pantera en aquellos 90’s en la que la voz y los riffs hacían un gran conjunto. A la par, en el Foro Norte, el grupo Trágico Ballet llegaba al escenario, para mostrar su buen rock desde Irapuato.
Una vez más, dos bandas volvían a coincidir en horarios: Orka y Spit on Your Grave. La primera del DF liderada por Rogelio Mondragón, llego a tocar rolas de su primer y más reciente disco, titulado En Guardia, haciendo presente su rock crudo y poderoso ante los oídos de los pocos que se quedaron a presenciarlos.
Mientras, en el New Blood Stage, Spit On Your Grave, banda proveniente de Monterrey, Nuevo León llegó a exponer su death metal ante poca gente, porque tampoco les favoreció la presencia de un vasto público que se había movido a uno de los escenarios principales a la presentación de Rob Zombie. Sin embargo, esto no impidió que mostraran la rudeza de su propuesta musical.
Otra de las agrupaciones que sufrió los estragos de las fallas de sonido fue Obituary. Entre gritos de desacuerdo con el ingeniero de audio y nada que se pudiera hacer, esta banda tocó frente a su público, que estaba pendiente de su death metal.
Al igual que otras actuaciones, el Foro Norte tenía mayor sonido, opacando a las bandas que tocaban en otros espacios, por lo que Pressive destaco por mucho en su presentación, aunque los asistentes disfrutaron por igual.
Next invadió el New Blood Stage. Con casi 30 años de carrera, hicieron sonar sus ya conocidas rolas por la audiencia que sigue al thrash metal mexicano. En otro extremo, Venom preparaba todo para hacer sonar sus guitarras y abrir su participación con su legendario black metal. Liderados por Cronos, con la ayuda del ingeniero de audio, evitaron las fallas que sucedieron con Obituary.
Aparte de las fallas de audio en algunos escenarios, bandas como Venom salieron a tocar una hora más tarde de su horario programado, por lo cual, en el momento en que Christian Death comenzaba a afinar detalles para iniciar su presentación, la participación de Kiss en el escenario principal al otro extremo, hizo que muchos corrieran a ver y escuchar a la banda que dio por concluido el festival.
ESCENARIOS PRINCIPALES
HEAVEN STAGE: MALIGNO
Una moneda siempre caerá de un lado u otro, sólo dependerá de la mano que la lance al aire. Quien esto redacta, debe de confesar que, a diferencia de mi compañero Jhonatan González, me tocó lo mejor del Hell And Heaven Metal Fest en materia de organización, tiempos y sonido, aunque, según varios reportes en medios de comunicación y redes sociales, por parte de gente que estuvo en la Zona General (y no en la Preferente, como un servidor), este último rubro fue un auténtico dolor entre las piernas, ya que los organizadores omitieron poner unas torres de repetición, que expandieran al audio más allá de la valla de separación entre esos dos territorios.
A las 15:30 que el equipo de RockMx llegó al corazón del H&HMF, en uno de los escenarios principales se encontraba el poderoso combo regiomontano Maligno. Marco Gil, Andrés Sáenz, Luis Barjau y Dave Coral, ofrecieron un concierto contundente, enérgico, donde canciones como “Walk on shadows” y “Shine” enmarcaron un headbanging frenético y veloz por parte de la audiencia.
En el momento más álgido de su actuación, Dave hizo un anuncio importante: “Les tenemos preparado un regalo para ustedes”, dijo. “Estamos componiendo y vamos a cambiar las letras al español. Esto se llama ‘Sobreviviendo’”.
De esta manera, el grupo de doom y stoner metal que desde su fundación en 2005 cantó sus letras únicamente en inglés, se aventuró a escribir en un idioma donde, seguramente, su mensaje será aceptado así como comprendido por una mayor cantidad de metaleros.
U.D.O.
Segundos después de las 15:50 horas, hizo su aparición sobre el mismo tablado, el combo alemán U.D.O., liderado por la leyenda viviente Udo Dirkschneider, quien se hizo acompañar de Andrey Smirnov y Kasperi Heikkinen en las guitarras, Fitty Wienhold al bajo y Francesco Jovino en la batería.
Heavy metal clásico -de la vieja escuela como le dicen los chavos-, materializado en canciones activas tipo “Animal house” o “Metal machine”, las cuales se intercalaron con dos nuevos infaltables en cualquier show de U.D.O: “Metal heart” y “Balls to the wall”, de la banda que Udo abandonara en 1987: Accept.
Enfundado en una gruesa camisola y con las manos enguantadas, se escuchó que el legendario líder del grupo se esforzó por sacar sus estrofas, en medio de la presión atmosférica de la ciudad de México, ubicada a más de 2200 metros sobre el nivel del mar. Empero, sus cincuenta minutos de actuación trascurrieron en medio del poderío sonoro proporcionado por sus jóvenes músicos.
ANGRA
A las cinco y media de la tarde, llegó la agrupación brasileña Angra a tomar posesión del Heaven Stage. 60 minutos de poder carioca liderados por Fabio Leone, quien se adscribió a la escuela tonal de Klaus Meine (el mítico cantante de Scorpions), para derramar sobre sus incondicionales excelentes interpretaciones, a piezas como “Acid rain” o “Waiting silence”.
Por supuesto, durante su hora en acción, el grupo de metal sinfónico-progresivo fundado en 1991 por André Matos, volvió a dejar constancia de que, en materia de percusión, el sabor de su tierra es de los mejores del mundo.
Bruno Valverde, el nuevo baterista de Angra de tan sólo 23 años, sacó a relucir lo mejor de sus conocimientos en rock pesado, jazz y sobre todo música brasileña, para reafirmar el beat percutivo que poseen los nacidos en aquellas latitudes.
“¿Qué pasó México? Quiero escuchar tu voz” manifestó Leone antes de interpretar “Carry on”, cuya interpretación fue unida con “Nova era”, como una muestra de la transición entre el power metal y el metal progresivo que la quinteta conformada también por Kiko Loureiro y Rafael Bittencourt en las guitarras, así como Felipe Andreoli en el bajo, mostró ante sus hinchas aztecas.
ROB ZOMBIE
El astro rey agonizaba en el horizonte. Uno de los momentos más esperados de todo el festival se acercaba. Sin embargo, lo que sonó por las bocinas del stage a las 19:30 horas, no tenía nada que ver con el metal.
El himno nacional de los Estados Unidos Mexicanos, resonó en los altavoces como preámbulo a una de las actuaciones más deseadas de la jornada.
Muchos se rieron nerviosamente, otros ni siquiera cayeron en la cuenta del “acento pocho” con el cual fue grabado el canto mayor de nuestra tierra y, los menos, siguieron con su propia voz esas líneas que invitan a luchar contra cualquier invasor.
Por lo menos, la siguiente estrella encargó grabar la versión completa, no sólo las primeras estrofas, esas que muchos cantantes de pop olvidan en eventos deportivos.
Una vez concluido el preámbulo, el mago del terror Rob Zombie, tomó posesión de su reino de fantasía, escoltado por las imágenes de, entre otros, El Hombre Lobo, Frankenstein y King Kong, quien fue colocado justamente en el centro del escenario.
“Dead city radio and the new gods of supertown” dio inicio a una cascada de shock rock que continuó con “Superbeast” y con un mini-cover a James Brown: “Get up (i feel like being a) sex machine”.
“Good evening! Good evening! ¡Hola!, ¡hola Mexico City! We want a fucking party!” gritó entre otras cosas Robert Barleth Cummings mientras se movía acompasadamente sobre tres tarimas secundarias, dándole paso a unos minutos de “metal a-gogó”.
Escoltado inexcusablemente por Piggy D y dos ex músicos de Marilyn Manson, el baterista Ginger Fish y el guitarrista John 5, Rob Zombie se repuso del devaneo funky para saltar a su público en “Scum of the Earth”, disculparse por haber dejado pasar todo este tiempo para tocar en México y, sobre todo, provocar varios slams entre la muchedumbre.
En uno de ellos, una valiente jovencita se metió en medio de una manada de mastodontes. Y aguantó algunos minutos hasta que, después de su segunda visita al piso, de donde fue amablemente rescatada por sus anfitriones, resolvió que había sido demasiado y se retiró feliz del ritual, aunque un poco revolcada.
“Am i evil?” el cover a Diamond Head que Rob Zombie ha hecho prácticamente suyo en el gusto de sus fans (con el reprise de “Thunder Kiss ‘65” de White Zombie) y “Dragula”, su composición más conocida por todos, le dieron un cierre ciclónico a una exposición que cumplió las expectativas, aunque pudo haber sido más impactante.
Lo que está claro es que Zombie gusta de México y su cultura, como lo demostró calzándose una máscara del inolvidable Blue Demon.
LIMP BIZKIT
Vilipendiado como sub género del metal por los “trues”, el nü metal vivió momentos realmente brillantes a través de Korn, pero sobre todo con Limp Bizkit, quien a las 21:40 accedió al pódium del Heaven Stage para ofrecer una de las mejores intervenciones del Festival.
Un hombre barbado conocido como Fred Durst, de gesto adusto y chamarra de Suicidal Tendencies, tomó su báculo convertido en micrófono y con él, hipnotizó a miles de personas, quienes escucharon desfilar buena parte de sus temas insignia, tipo “Rollin’ (air ride vehicle)”, “My generation” y, por supuesto: “Nookie”.
John Otto, Wes Borland y Sam Rivers fueron los sinodales de un Durst que mandó llamar a un intérprete para que su mensaje llegara a oídos de quienes no hablan inglés: “Gracias por traernos a su casa. Creo que estoy entrando a una casa esta noche; es tu noche, los quiero todos al frente… ¿Atrás escuchan bien?” preguntó su traductor, y la respuesta fue atronadora.
Are you ready to party today? And… I can’t believe it, we’re in México City, babe! Fuckin’ Believe it! gritó más adelante, antes de bajar a cantar entre el público y de cantar un popurrí compuesto por “Welcome to the jungle” de Guns And Roses; “Smells like teen spirit” de Nirvana y “Killing in the name” de Rage Against The Machine.
Para concluir su ciclónico performance sonoro, Durst invitó a varios jóvenes pegados a la valla de seguridad, a que subieran a saltar y bailar con la banda. Los saltarines le dieron otra vida a “Break stuff”, la última pieza de su set list y aunque Durst se portó como un patán con uno de sus invitados, al tomar su celular y tirarlo hacia el foso de fotógrafos, cuando el adolescente quiso tomarse una selfie con su anfitrión, no puede negarse la ahora inolvidable actuación de la banda de Jacksonville, Florida.
HELL STAGE: DÍA DE LOS MUERTOS
El proyecto colombiano-estadounidense de nombre mexicano Día De Los Muertos, prendió con su combinación thrash-death el Hell Stage apenas a las 15:20 de la tarde. El sol caía a plomo y la voz de Rosa Arias lanzaba filosas dagas guturales sobre la muchedumbre, quien recibió de muy buena forma temas como “Las calaveras del terror” y otra que Arias presentó con fuerza:
“¿Quieren un pinche tequila, un mezcal?, ¿adónde van a ir? A la ‘Cantina del infierno’” gritó la vocalista para presentar la canción del mismo nombre, cuyas primeras estrofas catapultaron de inmediato un slam cuya circunferencia se llenó de mucha, mucha tierra esparcida por el galope anárquico de los chavos.
El proyecto fundado por Alfonso Pinzon y Andrés Jaramillo donde Rosa Arias, Elizabeth Schall y Rik Barba complementan su filosa propuesta metálica, cumplió con creces su compromiso y acalló algunas voces que clamaban porque otros actos como Venom o Rotting Christ estuvieran en el stage principal.
OVERKILL
La leyenda estadounidense del thrash metal se erigió nuevamente bajo cielo azteca a las 16:40. Bobby “Blitz” Ellsworth dejó constancia nuevamente de su calidad como frontman y líder de una agrupación integrada además con D.D. Verni, Dave Linsk, Derek Tailer y Ron Lipnicki.
La banda nativa de New Jersey, se prodigó desde un inicio con “Armorist”, (tomada de su más reciente álbum de estudio, White Devil Armory, lanzado este mismo año), con la rola que les da nombre, “Overkill” y con “Electric rattlesnake”.
Sólo cincuenta minutos de actuación, pero muy bien llevados por Bobby, quien dibujó varias señales “de cuernitos” en el aire, aunque también le pintó el dedo medio a sus propios fans, mientras interpretaba a todo galope “Fuck you”, cover a la rola original de la banda canadiense de punk rock The Subhumans.
ANNIHILATOR
Y ya que hablamos de bandas provenientes del país de la hoja de maple, el Hell Stage recibió hacia las seis y media de la tarde a la banda de heavy metal Annihilator, cuya propuesta, afincada en una mezcla entre velocidad y poder, estuvo cimentada en las voces y guitarras de Jeff Waters, Dave Padden, la batería de Mike Harshaw y el bajeo de Oscar Rangel, mexicano nacido en Tepic, Nayarit, quien sale de gira con la banda al momento de ser requerido.
“Alison hell”, “King of the kill”, “Brain dance” y “Road to ruin”, entre otras, fueron interpretadas por la banda, mientras algunos graciosos irresponsables encendieron un fuego en la zona y se pusieron a danzar a su alrededor.
Por fortuna, la fogata se apagó. No hubo ningún incidente que lamentar, pero sí contrastó la idiotez de algunos, con el ejemplar comportamiento, en términos generales, que el público mostró a lo largo de toda la jornada metálica.
KORN
El astro rey se había ido a despertar a los japoneses, en el momento en que James “Munkey” Shaffer, Brian “Head” Welch, Reginald “Fieldy” Arvizu y Ray Luzier se deslizaron hasta el escenario principal, para detonar una bomba un-metalera.
Y lo hicieron con música de fondo: Momentos antes, el cantante Jonathan Davis llegó con una gaita colgada al cuerpo. Con ella, arengó a su público a colmarlo de ovaciones, gritos, muestras de afecto.
La muy escocesa introducción le abrió el camino a “Falling away from me”, “Twist” y uno de sus más grandes éxitos: “Got the life”.
Paseándose de un lado al otro del escenario o debajo de él, Jonathan Davis despidió el aura de los consagrados, de quienes poseen una madurez construida con los años y los golpes que del tiempo emanan hasta tu cara.
Cantó no quizá con la misma furia de antaño, pero sí con un peso específico entre las estrofas. O eso al menos se escuchó por las bocinas al momento del cierre, que llegó de la mano de “Freak on a leash” y “Blind”.
KISS
Muy pocos minutos después de las 11 de la noche llegó el acto estelar. La autollamada “Banda más caliente del mundo”, apareció después de que el sonido local impregnara el aire con música de Los Doors y con “Rock and roll” de Led Zeppelin, introducción más que adecuada para los siguientes 100 minutos de fuego, pirotecnia, imaginería fantástica y mucho, mucho rock & roll.
Todo comenzó con el pie izquierdo. Ya desde que el staff se había retirado hacia los camerinos llevándose el gigantesco telón que suele cubrir el escenario de la banda antes de cada show y que cae al momento de terminada la clásica intro de “¿Quieres lo mejor? Tienes lo mejor. La banda más caliente del mundo, ¡Kiss!”, los augurios no dejaban entrever nada bueno.
Y eso se pudo comprobar al instante en el que todo inició. Si bien la batería de Eric Singer fue alzada hasta las alturas por una plataforma, Paul Stanley, Gene Simmons y Tommy Thayer accedieron al Hell Stage… caminando.
No lo hicieron montados en la arácnida estructura que se montó sobre sus cabezas como lo han venido haciendo en su más reciente gira. Al final, la araña gigante que fue tan clamada por los organizadores días antes del festival, no funcionó al 100%.
Algunas otras fallas en el sonido al interior del escenario se hicieron patentes durante la actuación de Kiss. Gene Simmons se vio obligado inclusive a abandonar su puesto y correr con sus técnicos a la parte de atrás para poder ser asistido, mientas que en varias ocasiones, Paul Stanley subía el pulgar de su mano derecha, pidiéndole más volumen a su tripulación.
Lo anterior no obstante, fue y siempre ha sido cubierto con una gruesa capa de efectos especiales, explosiones, sangre y fuego.
Infaltables en cada una de sus presentaciones tipo “Detroit rock city”, “Love gun” y “Black diamond”, hicieron las delicias de sus miles de seguidores, quienes llegaron desde muy temprano maquillados como sus héroes.
Kiss le regaló a su audiencia mexicana “Plaster caster” por primera vez en versión eléctrica. La rola, dedicada al combo de groupies más famoso de la historia, quienes solían hacer moldes de yeso de los penes de sus rockeros favoritos, resonó en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, aunque otra vez volvieron a quedar en deuda con su fanaticada.
En uno de esos instantes donde Stanley le preguntó a su público qué querían escuchar, la gritería de la gente arrojó un solo nombre, fuerte y claro: “Charisma”.
Llevan 20 años pidiéndosela cada vez que vienen a tocar a México. Y Stanley sólo alcanzó a disculparse porque “no la tenían puesta”. Al parecer, ni Gene Simmons ni él, alcanzan a entender que la canción es un himno en nuestro país, aunque en Estados Unidos ni siquiera haya sido lanzada como sencillo.
“Shout it out loud”, “I was made for lovin’ you”, donde Paul ya ni siquiera intenta los agudísimos tonos altos de antaño y “Rock and roll all nite”, con una inmensa lluvia de papeles dorados, coronaron una actuación accidentada, como el propio Hell And Heaven Metal Fest, que tuvo que esperar nada menos que siete meses para poder realizarse.
Queda mucho por hacer, sobre todo en logística y organización para los titulares de este magno evento. Pero creemos que si inician los trabajos desde ahora para solventar todos esos detalles, los grandes como el sonido o los pequeños al obligar a la muchedumbre a caminar varios kilómetros para acceder y salir del Festival, el próximo año podrían comenzar a cincelar las bases, para que esta fiesta se encuentre dentro del mediano plazo, a la altura de celebraciones míticas como el Wacken Open Air, el Graspop, el Copenhell o el Hellfest, entre otros que dominan la marquesina pesada alrededor del mundo.
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