LOS TRES: IMBORRABLE CONCIERTO DE ANIVERSARIO EN LA CDMX
Texto y fotos por Francisco Zamudio
En el marco de su Gira Celebración 20 Años y con un show de electroacústico talante, el legendario grupo chileno de rock and roll y folclore Los Tres, celebró el pasado viernes 17 de junio en la Ciudad de México, el vigésimo aniversario de Los Tres Unplugged, el disco que puso a la banda en el ojo de la escena del rock iberoamericano de fines de los 90.
Poco después de las 21:00 horas, se hicieron las sombras al interior del Teatro Esperanza Iris, escoltadas por los gritos de emoción de más de mil espectadores, quienes sortearon el estado de sitio en que se transformó por unas horas el Centro Histórico, gracias al conflicto entre los maestros y el Gobierno Federal, para llegar a su cita con los penquistas.
Álvaro Henríquez y Roberto “Titae” Lindl, únicos sobrevivientes de la agrupación original, tomaron sus sitios junto con los nuevos miembros de Los Tres, Sebastián Cabib y Boris Ramírez, más otros dos invitados especiales, de lujo: Cuti Aste y Antonio Restucci, quienes participaron en la grabación del proyecto, el 14 de septiembre de 1995 en Miami, Florida.
“Sudapara” y “La espada en la pared” iniciaron la fiesta, la cual vivió su primer gran momento con “Amor violento”, uno de sus más recordados hits en nuestro país. Eso quedó comprobado al momento en que Henríquez dejaba que el público entonara las estrofas de la canción, oportunidad que fue aprovechada por casi toda la muchedumbre, que entonó “Gastaré toda mi vida, en comprar la tuya”.
A diferencia del disco primigenio, esta vez hubo bastante electricidad sobre el escenario, aunque eso en vez de demeritar el concepto, le agregó un plus de sonoridad, el cual se impregnó en piezas tipo “Gato por liebre”, “Pájaros de fuego”, “Me rompió el corazón” y “Déjate caer”, tema para el que hizo acto de presencia Emmanuel “Meme” del Real, tecladista de Café Tacvba.
“Meme” fue recibido estruendosamente y quizá algunos hubiesen deseado un dueto entre Rubén Albarrán, cantante de “Los Tacvbos” y Henríquez en esta canción, que la banda mexicana homenajeó en el 2002 a través de su EP Vale Callampa. Empero, Albarrán tenía una presentación para un festival en Monterrey al día siguiente, por lo cual sus agendas no coincidieron.
No fue un show de mucha interacción entre banda-audiencia ni tampoco hubo un extendido juego de luces. De hecho, todo transcurrió en medio de una ligera penumbra. Aun así, Henríquez agradeció a sus seguidores por asistir, aunque se abstuvo de hacer cualquier comentario de índole político o social, aunque la situación afuera del recinto se prestaba por completo.
El convite sónico continuó su curso al igual que en el tracklist sobre el que se edificó la actuación del grupo: “Traje desastre”, “Tírate”, otra de sus composiciones más conocidas y celebradas en México; “Te desheredo” y “He barrido el sol”, dejaron su impronta en los pechos y corazones de la gente, que se hizo cómplice de los músicos en la misma empresa: Clonar un momento en el tiempo.
La última parte de Los Tres Unplugged le fue dedicada a una de sus máximas influencias: Roberto Parra Sandoval, el “Tío Roberto”, miembro de la dinastía donde también se inscriben los nombres de Violeta, Eduardo, Hilda y Nicanor. “Vamos a cantar algunas canciones que nos dejó Roberto Parra”, anunció el cantante, abriéndole la puerta al final del camino, al menos en su primera parte.
“La primera vez”, “El arrepentido”, “La vida que yo he pasado” y “¿Quién es la que viene allí?”, materializaron sus sonidos entre los pasillos y balcones. Añejos, solemnes, majestuosos también, mudos testigos que vibraron junto con los asistentes conforme las notas se entrelazaban, se procesaban, se mezclaban en la consola, para de ahí salir desde las bocinas hasta los gozosos oídos.
ENCORE PARA FANS CONOCEDORES
Los ejecutantes salieron de cuadro para ser devueltos a sus posiciones a los pocos minutos para un encore largo, largo, entre porras futboleras y rugidos de aprobación. En algún momento de la conclusión, Henríquez advirtió que una de las canciones era “para auténticos fans conocedores”. Más bien, el 80% de las piezas escogidas para dejar caer el telón tuvo esa connotación.
Empezaron con “El rey del mariscal”, una composición instrumental, invocada de su álbum La Sangre En El Cuerpo (1999), para seguir con “Diabla”, “Quizás con quien”, “De hacerse se va a hacer”, “Viento” y “Escoria humana”, otro cover, este de Las Hermanas Padilla, señaladas como las creadoras del bolero ranchero, reversionada también por Roberto Parra en su célebre musical La Negra Ester.
Quienes se habían quedado mudos, volvieron a cantar con todo ahínco durante la siguiente entrega. Se trató de “Olor a gas”, otro de sus tracks consentidos en este país, para el cual volvieron a invitar a “Meme” del Real. El mood festivo no decayó para “Hey soledad”, otra reversión, ésta a Juan Cirerol, quien también se unió al grupo sobre el stage, tras haber sido minutos antes el telonero oficial.
Finalmente, la triste historia de Gabriel, el cigarro cuyo deseo de nadar en un río terminó por costarle la vida, fábula encapsulada en “La torre de babel”, se cantó a un ritmo vertiginoso, envuelta en un frenético rock and roll que también fue ampliamente celebrado, aunque esto significara el desenlace de una imborrable gala, que será recordada por muchos de sus incondicionales durante largo tiempo.
JUAN CIREROL
Antes de Los Tres, el músico mexicano Juan Cirerol, armado con su guitarra electroacústica de 12 cuerdas, una armónica, un bigote que le desdibuja bastante su característica cara de niño, así como su especial forma de interpretar temas propios y ajenos, apareció sobre el tablado para ofrecer 30 minutos de sentidas interpretaciones a cortes tipo “Algo que tenemos en común”, “I love you”, “Eres tan cruel” y “Arrepentido y triste”, uno de los sencillos que se han extraído de su más reciente álbum, Todo Fine.
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